En estas novelas encontramos rasgos comunes:
- La voluntad de superación del realismo. Prevalece la expresión de la subjetividad y del mundo interior de los personajes frente al reflejo de la realidad exterior propio de la novela del siglo XX.
- El pesimismo y la conciencia del sinsentido de la existencia. Los protagonistas abúlicos y desorientados, se caracterizan por la falta de convicciones profundas y de voluntad de vivir. El suicidio es, como consecuencia, un final frecuente en estos relatos.
- La preocupación por la realidad española de la época. Se critican el poder excesivo de la Iglesia y del Éjercito, el caciquismo y la incultura, y se proponen medidas de carácter regeneracionista.
Estas novelas son:
- Amor y pedagogía de Unamuno y La voluntad de Azorín: novela intelectual. Cercana al ensayo predomina en ella la reflexión de carácter filosófico.
- Camino de perfección de Pío Baroja: novela realista renovada. La observación de la realidad se combina con la reflexión existencial.
- Sonata de otoño de Valle-Inclán: novela formalista. Frente a la acción o los personajes cobran mayor importancia el lenguaje y el estilo.
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